El buen hacer japonés
Hay muchas clases de "tuning" pero, básicamente, se pueden englobar en dos grupos ; el bueno y el malo (el feo entra dentro del malo, obviamente).
Hay gente por el mundo como mucho gusto para estas cosas, y eso se nota. Yo no soy un gran apasionado de las transformaciones porque lo primero que me viene a la cabeza, cuando me hablan de "tunear", son aparatos horrendos que no suelen ser más que una versión recargada y barroca de su original.
El caso es que en Japón hay verdaderos artesanos en esto de las transformaciones y, además, son adoradores de las motos tipo "retro". Este segmento es especialmente delicado, pues meterle mano a un mito, a una moto con historia, es algo escabroso.Y que los puristas detestarán todo aquello que no sea lo original. La única forma de "salvar los muebles" será hacer una joya sin paliativos.
Ritmo Sereno es el nombre de un preparador que es capaz de hacer verdaderas filigranas en este sector, que dejarán la boca sellada a los más clásicos. Tienen una mano muy bien adiestrada y son capaces de hacerse con una clásica y convertirla en algo refinado, sin caer en extravagancias. Y eso han hecho con una BMW R80. Está claro que la parte más radical de los amantes de lo clásico no aceptarán que se altere ni un tornillo de una BMW R80, pero los que sean un poco más flexibles no podrán negar que esta Café Racer de los chicos nipones es, simplemente, una virtuosa creación llena de elegancia y buen hacer.
Una moto que desprende clasicismo por los cuatro costados pero que, al mismo tiempo, presenta un semblante actual y efectivo. Una deliciosa forma de fusionar la nostalgia clásica con el uso de componentes actuales que le hacen ganar enteros como máquina en sí. Para mí es una creación sublime, aunque sé que mucha gente no compartirá esta opinión.
Y es que esta preparación tiene algo difícil de conseguir; que el resultado tenga una imagen más clásica que la propia moto sobre la que está efectuada. Porque la BMW R80 tiene ya más de 25 años, pero es innegable que la Ritmo Sereno aparenta ser una "café racer" de los sesenta...
La R80 Café Racer Ritmo Sereno, vestida muy oportunamente con los colores "Orange Daytona" de otra mítica BMW, la R 90 S de 1973-75, conserva su motor original, aunque convenientemente retocado, con, además de una revisión general de todos sus componentes internos, unos pistones de alta compresión. Lo más "gordo", sin duda, son los abultados carburadores Keihin FCR de 41mm. Además monta un nuevo radiador de aceite y un escape dos en uno con un silencioso de aluminio de sección oval.
La parte ciclo recibe todo un kit completo Öhlins, tanto en horquilla (sí, la marca sueca también fabrica horquillas convencionales) como en amortiguador trasero. Las llantas también han sido sustituidas y los frenos, como no, están a cargo de Brembo.
El "cupolino" está inspirado en otra BMW clásica, la R60. De esta también adopta el depósito, pero este tiene una particularidad. Como el depósito de estas BMW era de acero, los japoneses de Ritmo Sereno decidieron "falsearlo" para quitarse "peso de encima", y fabricaron uno de aluminio que va cubierto por un depósito "falso"de fibra.
En definitiva, exacerbado clasicismo y gusto refinado el de estos nipones, capaces de mejorar de una forma rotunda el original, algo difícil y arriesgado, pero que en Ritmo Sereno lo hacen, superando el examen con nota alta.
Hay gente por el mundo como mucho gusto para estas cosas, y eso se nota. Yo no soy un gran apasionado de las transformaciones porque lo primero que me viene a la cabeza, cuando me hablan de "tunear", son aparatos horrendos que no suelen ser más que una versión recargada y barroca de su original.
El caso es que en Japón hay verdaderos artesanos en esto de las transformaciones y, además, son adoradores de las motos tipo "retro". Este segmento es especialmente delicado, pues meterle mano a un mito, a una moto con historia, es algo escabroso.Y que los puristas detestarán todo aquello que no sea lo original. La única forma de "salvar los muebles" será hacer una joya sin paliativos.
Ritmo Sereno es el nombre de un preparador que es capaz de hacer verdaderas filigranas en este sector, que dejarán la boca sellada a los más clásicos. Tienen una mano muy bien adiestrada y son capaces de hacerse con una clásica y convertirla en algo refinado, sin caer en extravagancias. Y eso han hecho con una BMW R80. Está claro que la parte más radical de los amantes de lo clásico no aceptarán que se altere ni un tornillo de una BMW R80, pero los que sean un poco más flexibles no podrán negar que esta Café Racer de los chicos nipones es, simplemente, una virtuosa creación llena de elegancia y buen hacer.
Una moto que desprende clasicismo por los cuatro costados pero que, al mismo tiempo, presenta un semblante actual y efectivo. Una deliciosa forma de fusionar la nostalgia clásica con el uso de componentes actuales que le hacen ganar enteros como máquina en sí. Para mí es una creación sublime, aunque sé que mucha gente no compartirá esta opinión.
Y es que esta preparación tiene algo difícil de conseguir; que el resultado tenga una imagen más clásica que la propia moto sobre la que está efectuada. Porque la BMW R80 tiene ya más de 25 años, pero es innegable que la Ritmo Sereno aparenta ser una "café racer" de los sesenta...
La R80 Café Racer Ritmo Sereno, vestida muy oportunamente con los colores "Orange Daytona" de otra mítica BMW, la R 90 S de 1973-75, conserva su motor original, aunque convenientemente retocado, con, además de una revisión general de todos sus componentes internos, unos pistones de alta compresión. Lo más "gordo", sin duda, son los abultados carburadores Keihin FCR de 41mm. Además monta un nuevo radiador de aceite y un escape dos en uno con un silencioso de aluminio de sección oval.
La parte ciclo recibe todo un kit completo Öhlins, tanto en horquilla (sí, la marca sueca también fabrica horquillas convencionales) como en amortiguador trasero. Las llantas también han sido sustituidas y los frenos, como no, están a cargo de Brembo.
El "cupolino" está inspirado en otra BMW clásica, la R60. De esta también adopta el depósito, pero este tiene una particularidad. Como el depósito de estas BMW era de acero, los japoneses de Ritmo Sereno decidieron "falsearlo" para quitarse "peso de encima", y fabricaron uno de aluminio que va cubierto por un depósito "falso"de fibra.
En definitiva, exacerbado clasicismo y gusto refinado el de estos nipones, capaces de mejorar de una forma rotunda el original, algo difícil y arriesgado, pero que en Ritmo Sereno lo hacen, superando el examen con nota alta.
1 comentario:
Muy buena información.
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